El Comisario de Competencia europeo entró esta semana en el sector naval como Wyatt Earp en el OK Corral: disparando a bocajarro. Sus palabras sobre la devolución de los descuentos fiscales por valor de 3.000 millones de euros perforaron el nivel de flotación de los astilleros. Ahora, si no hay OK Naval, espera el duelo. Y al Comisario le van a saltar astillas.