La Esperanza Aguirre progre y televisiva, esa original abuelita preadolescente y resabiada, hace temblar países enteros con sus declaraciones. Lo último que ha dicho es que sería bueno un “Gran Hermano” con personas mayores y otro con niños. Eso supondría un insoportable overbooking de patanismo audiovisual. Esperemos que su jefe, Vasile, no vacile.