El expresidente de la Imputación de Castellón tiene cara de capellán castrense y gesto de padrone de la Cosa Nostra. Reparte prebendas con una mano y recibe favores con la otra. Lo preside todo en su provincia. Desde el club de golf hasta la sociedad de gestión de un aeropuerto sin aviones. Le están juzgando por cohecho y delitos fiscales. Le extraña no presidir el tribunal.