El Ministro de Industria parece que ha llegado a la poltrona por enchufe. Se ha puesto las pilas solo después de que la subasta eléctrica indicara que el recibo subiría un 11% desde enero. Y, claro, así no hay quien vea la luz al final del túnel. Ahora, el Gobierno está que echa chispas. Temen un apagón electoral. Ya han notado el primer calambrazo.