El viernes pasado (6 de junio de 2014) remitimos una carta a El Jueves en la que comunicábamos que la viñeta enviada esa misma mañana sería la última que mandábamos a la redacción.
Tomamos esa decisión con dolor después de tener conocimiento de lo sucedido con la portada horas antes. Y siendo conscientes de que nosotros, precisamente por lo modesto de nuestra de aportación, perdíamos infinitamente más que la revista. Ni nos sobra el trabajo, al contrario, ni abundan las publicaciones donde se pague por el humor gráfico. El Jueves es de las pocas que lo hace con dignidad.
Pero sentimos que esa era la postura que debíamos tomar, a pesar de que nosotros en particular jamás tuvimos problema alguno con nuestros dibujos en los 8 años que hemos colaborado en El Jueves. Había algo que nos decía que si la mujer del César no sólo debe ser honesta si no parecerlo, un bufón debe ser irreverente y parecerlo. Este es nuestro punto de vista, que es solo eso, un punto de vista, tan acertado o equivocado como cualquier otro.
En cualquier caso, nos rebosa el agradecimiento por haber tenido la oportunidad de publicar en una de nuestras revistas-fetiche, junto a autores míticos para nosotros y a los que, además, hemos tenido el privilegio de conocer personalmente. Mil gracias.
Aunque distantes de la redacción, imaginamos que el momento no será fácil. Deseamos que esta situación sea la tormenta que anuncia una fructífera calma y no la escaramuza de una batalla en la que saldrían perdiendo la revista y, sobre todo, los lectores.
Por eso queremos comunicar nuestro sincero apoyo a quienes se fueron y todo nuestro aliento a quienes se quedan.
Nosotros seguiremos leyendo El Jueves.
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