
La portada del libro editado por el ayuntamiento de Urduliz y que recupera buena parte de la traducción al euskera de Bizkaia de los cuentos de Andersen por parte de Benito Otazua
Nosotros lo llamamos «trabajo». Pero seríamos más precisos si lo definiéramos como «experiencia», «aventura», «aprendizaje» o quizá incluso con un término aún más lúdico.
La propuesta nos llegó en primavera. Llegó con tanto entusiasmo y energía por parte de Josemari Gondra (edil de Urduliz, Bizkaia) que casi ni pudimos reflexionar. Ilustrar una reedición de la traducción al vizcaíno por parte del urduliztarra Benito Otazua (1918-2012) de los cuentos de Andersen, implicaba ya un reto. Hacerlo diseñando para ello un taller con infantería de primaría (Colegio Elortza) que se mezclara en las ilustraciones, una aventura. Ya lo dice la máxima cinematográfica: si quieres que el film salga bien, ni agua, ni niños, ni animales. Urduliz está en la costa, los niños nos esperaban en clase para el taller y nosotros somos bastante animales. A pesar de lo cual, la peli ha salido bien. ¿Cómo, bien? ¡Redonda!
Los talleres que nos impartieron los niños sobre Andersen, Otazua y la ilustración de cuentos resultaron sensacionales. En consecuencia, los dibujos a todo color de Asier son muy chulos con magistrales detalles del paisaje y la arquitectura de Urduliz y localización de los personajes. La edición, más de 200 páginas, con tapas duras y diagramación a cargo de DUNBA, exquisita. La adaptación a la escena a cargo del taller de teatro de Mungia (Bizkaia) DIZ-DIZ, una gozada.
A nosotros nos emocionó ver la pequeña exposición permanente de los originales montada en Casa de Cultura de Urduliz. Y el trato que recibimos en la presentación del libro allí mismo. Asier firmó libros como un poseso y recibimos el cariño sincero de un montón de personas que nos cargaron las pilas para las próximas tres o cuatro décadas.
Gracias por todo. Y por hacernos sentir cisnes.