Al diputado valenciano de UPyD le pilló el toro esta semana. Su intervención en el Congreso acerca de los derechos de los animales fue realmente bestial. Tanto que necesitará más de 7 vidas para olvidar su repercusión en las redes sociales. Pero a Rosa Díez le gustó la faena de su subalterno. Pidió las orejas.