A la diva se le han dado siempre bien las notas musicales. Pero parece que le fallaban las notas contables. Por eso ha devuelto 300.000 eurillos del IRPF a Hacienda, quizá mientras interpretaba el salmo Miserere mei. Todo indica que la soprano, a la hora de realizar su declaración de la renta, se ponía de canto.