¿Pero qué le pasa a este hombre por la cabeza? No nos referimos a la cienciología, si no a la cabeza por fuera. Llegó a Donostia a recoger su premio de la Zinemaldia y ni rastro del
tupé-fetiche de Tony Manero. Ocupaba su lugar una especie de moquetilla sintética que hacía dudar de si Travolta se corta el pelo o se pasa un rodillo de gotelé color caoba por el cráneo. ¡Qué bajón!
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