Erlich es un humorista gráfico con una trayectoria impoluta. Un referente para nosotros. Ha sido capaz de crear un universo gráfico propio, perfectamente reconocible por el tratamiento de la figura, el trazo, el color. Uno ve un chiste y sabe que es de Erlich sin asomo de duda. Es un grande.
Su trabajo se publica en medios de comunicación de máxima difusión. En España, por ejemplo en El País. Nosotros solemos acudir a la galería de humor gráfico de la versión digital de El País a diario, igual que a la de otros medios. Es una especie de ritual profesional. Y luego dedicamos unos minutos a debatir acerca de las viñetas. Consideramos que es importante seguir aprendiendo. Y sabemos que cada uno de estos grandes profesionales, y también los emergentes que surgen en publicaciones online y fanzines, tienen muchas cosas que enseñarnos.
Hoy, la mañana nos ha regalado una sorpresa. Una coincidencia entre la viñeta de Erlich en El País y una que nosotros publicamos en Deia hace muchos meses (cuando Sarkozy aún era alguien). Esto suele pasar. Nos ha ocurrido a nosotros a la inversa y le sucede a todo el mundo. Nosotros siempre nos lo tomamos como un halago. Es la confirmación de que en el momento en el que hicimos esta o aquella viñeta estábamos en el camino correcto. Al final, somos muchos los humoristas que trabajamos sobre la misma información, idéntica actualidad, filtrándola a través de nuestros propios cedazos. Las coincidencias son inevitables.
Nosotros trabajamos también sobre ese pánico. Nunca sabemos si una determinada viñeta se le ha ocurrido a otro antes (no es infrecuente que googleemos el concepto por si acaso). O incluso a nosotros mismos y lo hayamos olvidado.
De cualquier manera, es un absoluto honor que un maestro como Erlich haya coincidido con nosotros. O que nosotros hayamos coincido con él.
¡Salud y hasta pronto, compadre!